No importará lo que crea hoy siendo mañana, pues mañana ya no seré la que soy hoy, sin embargo la que sea mañana depende de todos los caminos recorridos y todos los pasos bien dados y de los tropiezos también.
Y como mañana ya no importará, dejo mi códice de joven con ganas, y traspaso aquí esas ideas que en su pureza, probablemente, seré la mejor para descifrar.
Y lo que pienso es esto:
El mundo siempre ha estado en crisis de diversas naturalezas, cada cual las vive dependiendo de las suyas personales. Hoy nos afecta la crisis medio ambiental de manera brutal y tengo algo de envidia de quienes lleguen a conocer los nuevos planetas en los que vivirán los seres humanos, cuando nos vaya quedando poquita tierra, y la única opción que tengamos sea huir. Sin embargo, también estoy orgullosa de haber podido disfrutar de ella, de toda su inmensidad, de las olas enormes que vi hoy y de ese pájaro solitario, que en mucho me parezco a él, o él se parece a mí, pues para mi fortuna, yo nací primero.
Cuando supe que existe la posibilidad de avanzar en otro tiempo diferente a este, me asombré mucho, pues no hay nada más curioso para mí que el tiempo, el tiempo y el espacio. Imaginar que quizás podremos ir en un tren mucho más rápido que los años luz, por el centro del espiral, avanzando de una forma que me es inimaginable.
Estar un día al otro lado y ver que sigues siendo tú, y que ese espacio es otra cosa, aunque en esencia sea lo mismo. Es otra cosa por su gente, por su cultura, por su naturaleza. Pero es lo mismo en sus elementos, en el fin de nuestros anhelos.
Lo mismo para nuestro amor y dependencia. Lo mismo para la belleza. Lo mismo para la muerte. Lo mismo que hay dentro, que es también afuera y más afuera será aún más adentro.
lunes, 14 de diciembre de 2009
jueves, 3 de diciembre de 2009
Compremos un helado en la esquina y miremos a nuestro alrededor con mucho azúcar en la boca.
Se respira el olor a gente, a humanidad, a frutilla y pistacho cerca de mi nariz manchada.
Frío en mi boca, calor en mi pecho hondo. Sentadas en una silla, saboreando, sintiendo la suave brisa y el sonido de nuestra ciudad.
Se respira el olor a gente, a humanidad, a frutilla y pistacho cerca de mi nariz manchada.
Frío en mi boca, calor en mi pecho hondo. Sentadas en una silla, saboreando, sintiendo la suave brisa y el sonido de nuestra ciudad.
domingo, 22 de noviembre de 2009
Trabajo de Pobre
Hola, soy Pepe Hermosilla y trabajo de pobre en la quinta banca de la esquina sur de Vicuña Mackenna con Santa Inés.
Tengo 17 años en este rubro y he sido galardonado en 4 ocasiones.
En la pelea de 18 de septiembre de 1991 di cuatro golpes bajos que me dieron la victoria.
Hoy, he sido ascendido a la séptima banca y mi jefe me ha regalado tres colchas.
El trabajo dignifica, y yo, trabajo de pobre.
Tengo 17 años en este rubro y he sido galardonado en 4 ocasiones.
En la pelea de 18 de septiembre de 1991 di cuatro golpes bajos que me dieron la victoria.
Hoy, he sido ascendido a la séptima banca y mi jefe me ha regalado tres colchas.
El trabajo dignifica, y yo, trabajo de pobre.
lunes, 16 de noviembre de 2009
La última palabra.
Y es esa última palabra a la cual me refería.
Porque es muchas veces el último recuerdo también, e imaginamos cómo habría sido ese diálogo si es que hubiésemos dicho lo correcto.
Tú por tu parte y yo por la mía.
Pero al final, ni uno de los dos piensa que el otro se ha quedado meditando en aquello.
Para mí, tus palabras fueron tajantes. Para ti, mi actitud fue vacilante.
Y no hay más, pero los dos pensamos que hubiese sido mucho mejor poner pausa al tiempo y pensar un poco más ese último momento.
Tú, siendo más amable. Y yo, siendo más segura.
Pero hay que ser pacientes, pues quizás en unos cuantos años, cuando el recuerdo de lo vivido hoy se haga un poco difuso, habrá una segunda oportunidad de decir lo que se debe, de ambas partes.
Y las piedritas del zapato se habrán ido.
Porque es muchas veces el último recuerdo también, e imaginamos cómo habría sido ese diálogo si es que hubiésemos dicho lo correcto.
Tú por tu parte y yo por la mía.
Pero al final, ni uno de los dos piensa que el otro se ha quedado meditando en aquello.
Para mí, tus palabras fueron tajantes. Para ti, mi actitud fue vacilante.
Y no hay más, pero los dos pensamos que hubiese sido mucho mejor poner pausa al tiempo y pensar un poco más ese último momento.
Tú, siendo más amable. Y yo, siendo más segura.
Pero hay que ser pacientes, pues quizás en unos cuantos años, cuando el recuerdo de lo vivido hoy se haga un poco difuso, habrá una segunda oportunidad de decir lo que se debe, de ambas partes.
Y las piedritas del zapato se habrán ido.
viernes, 13 de noviembre de 2009
Felices por siempre.
Y no es que no me gustes. Me gustas mucho, tan sólo te cambiaría algunas cositas para que fueras perfecto para mí y así seríamos felices por siempre.
Quizás, te cambiaría el genio. Que seas más calmado cuando grito en la pieza. Dame esa libertad.
Te cambiaría los hábitos. Que no llegues tarde cuando quiero usar el auto para ir al mall.
Te cambiaría el humor. Que te rías de todas mis bromas y dejes las tuyas para tu madre.
Te cambiaría tus tendencias. Yo tengo las mismas, pero... porqué pensar igual?
Te cambiaría de nombre. No te sienta para nada con tu mirada, que quizás, también cambiaría.
Pero nada más! Y ahí, seríamos felices por siempre.
Quizás, te cambiaría el genio. Que seas más calmado cuando grito en la pieza. Dame esa libertad.
Te cambiaría los hábitos. Que no llegues tarde cuando quiero usar el auto para ir al mall.
Te cambiaría el humor. Que te rías de todas mis bromas y dejes las tuyas para tu madre.
Te cambiaría tus tendencias. Yo tengo las mismas, pero... porqué pensar igual?
Te cambiaría de nombre. No te sienta para nada con tu mirada, que quizás, también cambiaría.
Pero nada más! Y ahí, seríamos felices por siempre.
jueves, 12 de noviembre de 2009
Hoy
Hoy vi y escuché. Me ha gustado mucho, no todo, pero mucho de lo que vi y escuché.
Hoy aplaudí y saludé. No saludé a todos, pero aplaudí fuerte y respiré profundo.
Hoy pinté dedales de oro. Me han quedado bellos, no todos, pero varios me han quedado bellos.
Hoy comí pan de pascua. No todo, pero mucho, quizás más de lo que esperaba.
Hoy fui a la ducha más tarde. No mucho, pero sí más tarde de lo habitual.
Hoy no es ayer. No es mucho, pero sí más de lo que es un día normal.
Hoy aplaudí y saludé. No saludé a todos, pero aplaudí fuerte y respiré profundo.
Hoy pinté dedales de oro. Me han quedado bellos, no todos, pero varios me han quedado bellos.
Hoy comí pan de pascua. No todo, pero mucho, quizás más de lo que esperaba.
Hoy fui a la ducha más tarde. No mucho, pero sí más tarde de lo habitual.
Hoy no es ayer. No es mucho, pero sí más de lo que es un día normal.
viernes, 6 de noviembre de 2009
A y B (Número 8)
A: Tienes hambre?
B: Sí, dame pan.
A: Tengo sólo pan duro.
B: está bien, dámelo igual.
A: Me gusta cuando eres así querido.
B: Así cómo?
A: blando y dócil, no como el pan.
B: sí amor, así seré siempre, blando y dócil, no como este pan.. duro y viejo, medio verde y asqueroso, con esa miga porosa y maloliente, casi putrefacto por la mierrda!!!
B: Sí, dame pan.
A: Tengo sólo pan duro.
B: está bien, dámelo igual.
A: Me gusta cuando eres así querido.
B: Así cómo?
A: blando y dócil, no como el pan.
B: sí amor, así seré siempre, blando y dócil, no como este pan.. duro y viejo, medio verde y asqueroso, con esa miga porosa y maloliente, casi putrefacto por la mierrda!!!
Así como las flores...
Y me río de esas cosas tontas de la vida. Me parece todo mejor.
Ver que al lado hay tanta naturaleza viva y muerta, cumpliendo sus ciclos a tiempos inimaginados. Los míos corren más lento, no así mis ánimos, que nunca descansan.
Cómo se ríe una flor?
Quizás cuando llegan las 5 pm. en primavera y ella puede ver la luz del sol, y se abre mostrando todos sus dientes y colores, y me hace reír a mí, otra vez.
Soy parte de estos colores porque mi sangre también es roja y mis ojos son café, mi piel es blanca y mis labios y mejillas rosados.
El mundo será grande y pequeño una y otra vez, así como las flores...
Habrá unas puestas en el centro de mi mesa cada mañana y habrá otras incontables, bordeando mis caminos para siempre.
Ver que al lado hay tanta naturaleza viva y muerta, cumpliendo sus ciclos a tiempos inimaginados. Los míos corren más lento, no así mis ánimos, que nunca descansan.
Cómo se ríe una flor?
Quizás cuando llegan las 5 pm. en primavera y ella puede ver la luz del sol, y se abre mostrando todos sus dientes y colores, y me hace reír a mí, otra vez.
Soy parte de estos colores porque mi sangre también es roja y mis ojos son café, mi piel es blanca y mis labios y mejillas rosados.
El mundo será grande y pequeño una y otra vez, así como las flores...
Habrá unas puestas en el centro de mi mesa cada mañana y habrá otras incontables, bordeando mis caminos para siempre.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
sociedad y civilización
de lo radical, a la diversidad de pensamientos.
del: te mataré si piensas distinto, al: me da igual si no piensas como yo.
de la claridad y ceguera, a la confusión y visualización.
de las fronteras y sus ritos, a la apertura y la homogeneidad.
del: te mataré si piensas distinto, al: me da igual si no piensas como yo.
de la claridad y ceguera, a la confusión y visualización.
de las fronteras y sus ritos, a la apertura y la homogeneidad.
martes, 3 de noviembre de 2009
miércoles, 28 de octubre de 2009
Recuerdos de una flauta traversa, una voz y yo.
Sentada al principio de la segunda fila de flautas, en la banda intermedia. Mi cuerpo daba al público.
Al lado mío, la Paulina, relajada como siempre.
Yo en cambio estaba nerviosa, me sudaban las manos. No era la flauta, era esa voz.
La voz irritaba mi sistema, me hablaba de la gente, de mí con una flauta en relación al mundo, a todos aquellos que esperaban oír bellas melodías. En mi interior había tormento.
Yo quería mi flauta porque había mucha trayectoria acumulada en ella. Tres grandes flautistas habían practicado cientos de melodías con esas mismas teclitas oxidadas ya.
No aguanté la presión, sentí un mareo... pero no me desplomaba por completo, lo que hacía de la agonía un momento interminable.
Mi compañera me daba codazos para que continuara, pero yo era completamente vulnerable. Recuerdo mirar mis piernas, que aunque son fuertes, las sentía como de alambre.. o más bien de jalea.
Cuando todo acabó, mi alivio no pudo ser mayor, aunque no quería aplausos, había tocado todo mal, pues mi concentración se había enfocado en cientos de cosas más que la pieza que me sabía al revés y al derecho.
"Espera el próximo concierto y ahí estaré", me lo dijo esa voz. Mis manos sudaron otra vez.
Al lado mío, la Paulina, relajada como siempre.
Yo en cambio estaba nerviosa, me sudaban las manos. No era la flauta, era esa voz.
La voz irritaba mi sistema, me hablaba de la gente, de mí con una flauta en relación al mundo, a todos aquellos que esperaban oír bellas melodías. En mi interior había tormento.
Yo quería mi flauta porque había mucha trayectoria acumulada en ella. Tres grandes flautistas habían practicado cientos de melodías con esas mismas teclitas oxidadas ya.
No aguanté la presión, sentí un mareo... pero no me desplomaba por completo, lo que hacía de la agonía un momento interminable.
Mi compañera me daba codazos para que continuara, pero yo era completamente vulnerable. Recuerdo mirar mis piernas, que aunque son fuertes, las sentía como de alambre.. o más bien de jalea.
Cuando todo acabó, mi alivio no pudo ser mayor, aunque no quería aplausos, había tocado todo mal, pues mi concentración se había enfocado en cientos de cosas más que la pieza que me sabía al revés y al derecho.
"Espera el próximo concierto y ahí estaré", me lo dijo esa voz. Mis manos sudaron otra vez.
domingo, 25 de octubre de 2009
sábado, 17 de octubre de 2009
Hoy iré de vuelta
Mirar con los ojos muy abiertos y no ver más que una pelusa en el ojo.
Lavar platos en la cocina cuando todos conversan sobre lo que tú hiciste, lo que tú dijiste, lo que tú pensaste y que desde tiempos remotos quisiste comentar, pero estás lavando los platos en la cocina.
Correr un día domingo con desesperación, sudar, sentir el estómago apretado. En el patio tus amigos comen un asado y se ríen, es domingo.
No quiero perder nada, pero suelo dejar mis cosas desparramadas en una plaza, rodeada de gente que las quiere, y que es hábil para salir huyendo.
Soy alguien que quiero mucho, pero no siempre estoy conforme conmigo. Faltan años de crecimiento, años de aprender a ser mejor, años para que nos reconciliemos tu y yo.
Salgo por las mañanas sin claridad de lo que quiero en muchos aspectos, pero hay un latido interno que lo sabe por mí. Por eso puedo respirar profundo y hacer deporte con tranquilidad y amar a mis amigos y a mis cuatro escudos negros.
Hoy iré de vuelta, en un bus, como tantas veces lo he hecho. Aún no reconozco el camino.
Lavar platos en la cocina cuando todos conversan sobre lo que tú hiciste, lo que tú dijiste, lo que tú pensaste y que desde tiempos remotos quisiste comentar, pero estás lavando los platos en la cocina.
Correr un día domingo con desesperación, sudar, sentir el estómago apretado. En el patio tus amigos comen un asado y se ríen, es domingo.
No quiero perder nada, pero suelo dejar mis cosas desparramadas en una plaza, rodeada de gente que las quiere, y que es hábil para salir huyendo.
Soy alguien que quiero mucho, pero no siempre estoy conforme conmigo. Faltan años de crecimiento, años de aprender a ser mejor, años para que nos reconciliemos tu y yo.
Salgo por las mañanas sin claridad de lo que quiero en muchos aspectos, pero hay un latido interno que lo sabe por mí. Por eso puedo respirar profundo y hacer deporte con tranquilidad y amar a mis amigos y a mis cuatro escudos negros.
Hoy iré de vuelta, en un bus, como tantas veces lo he hecho. Aún no reconozco el camino.
miércoles, 14 de octubre de 2009
Ventajas de ser hombre o mujer
Una gran ventaja de ser hombre es poder dedicar canciones de los Beatles a una mujer.
Una gran ventaja de ser mujer es que un hombre te pueda dedicar canciones de los Beatles (exceptuando las del tipo "Money" o "Why don´t we do it in the road").
Una gran ventaja de ser mujer es que un hombre te pueda dedicar canciones de los Beatles (exceptuando las del tipo "Money" o "Why don´t we do it in the road").
lunes, 12 de octubre de 2009
sábado, 10 de octubre de 2009
Seducida
Dejarse seducir y vivir por instantes del deseo y la pasión.
Imágenes que se recuerdan y se viven una y otra vez en la memoria.
El deseo, más allá que el mismo placer, suele ser más anhelado.
Desear y concretar tan sólo una pequeña parte.
Dejar el resto a la imaginación y fundirse en las fantasías.
Imágenes que se recuerdan y se viven una y otra vez en la memoria.
El deseo, más allá que el mismo placer, suele ser más anhelado.
Desear y concretar tan sólo una pequeña parte.
Dejar el resto a la imaginación y fundirse en las fantasías.
sábado, 26 de septiembre de 2009
Quiero ser Dios
Me cansé de este desastre! NO NO NO, lero lero lero!
Es que a veces deprime tanto como esas canciones horrorosas de Ricardo Arjona con su poesía barata. Palabrillas pegadas con moco en una melodía inmunda pasada a cebolla vieja. Hasta en la oficina de la junta de vecinos el panorama pudo ser más revitalizante.
Pero que más da... estaremos rodeados de esas cosas siempre. Probablemente el que yo lo haya visto así hoy, depende nada más que de mis estados de ánimo y de mi maldita subjetividad.
Quiero ser Dios y ver la verdad pura y transparente, aunque sea para llenarme la boca un ratito y decirles a todos como es.
Es que a veces deprime tanto como esas canciones horrorosas de Ricardo Arjona con su poesía barata. Palabrillas pegadas con moco en una melodía inmunda pasada a cebolla vieja. Hasta en la oficina de la junta de vecinos el panorama pudo ser más revitalizante.
Pero que más da... estaremos rodeados de esas cosas siempre. Probablemente el que yo lo haya visto así hoy, depende nada más que de mis estados de ánimo y de mi maldita subjetividad.
Quiero ser Dios y ver la verdad pura y transparente, aunque sea para llenarme la boca un ratito y decirles a todos como es.
lunes, 7 de septiembre de 2009
Visita al Tololo
La mujer que nos hizo la guía nos dijo a todos:
"Esto es una cuestión de lógica! existen ..... (no me acuerdo) millones de galaxias, sería sobervio pensar que somos los únicos que habitan el universo"
"Usamos apenas el 10 porciento de nuestro cerebro! estamos antes de la etapa fetal de la evolución de la humanidad"
El universo conocido puede ser infinitamente más pequeño de lo que alcanzamos a comprender y a la vez, infinitamente más grande de lo que nuestros cerebros inutilizados alcanzan a asimilar.
Cómo hace un astrónomo para vivir en paz después de haber abierto los ojos de manera tan violenta hacia la inmensidad y la miseria?
"Esto es una cuestión de lógica! existen ..... (no me acuerdo) millones de galaxias, sería sobervio pensar que somos los únicos que habitan el universo"
"Usamos apenas el 10 porciento de nuestro cerebro! estamos antes de la etapa fetal de la evolución de la humanidad"
El universo conocido puede ser infinitamente más pequeño de lo que alcanzamos a comprender y a la vez, infinitamente más grande de lo que nuestros cerebros inutilizados alcanzan a asimilar.
Cómo hace un astrónomo para vivir en paz después de haber abierto los ojos de manera tan violenta hacia la inmensidad y la miseria?
A veces es demasiado. Es muy larga la lista de desafíos, aunque mi madre me había dicho: "cada cosa a la vez"
No tengo ganas de entrar en este bloqueo, asomándome en cada cosa, sin llegar nunca a la pulpa.
Habrá que hacer una lista otra vez?
Ayer en la noche la leí antes de dormir... me pareció tan lejana, a pesar de que he empezado casi todo.
Me alegran muchas cosas, y eso también hace la tarea difícil, pues la euforia puede cegarme.
Caminar es fácil, pero vamos a ver que pasa cuando tomo conciencia de cada superficie que toca mis pies.
No tengo ganas de entrar en este bloqueo, asomándome en cada cosa, sin llegar nunca a la pulpa.
Habrá que hacer una lista otra vez?
Ayer en la noche la leí antes de dormir... me pareció tan lejana, a pesar de que he empezado casi todo.
Me alegran muchas cosas, y eso también hace la tarea difícil, pues la euforia puede cegarme.
Caminar es fácil, pero vamos a ver que pasa cuando tomo conciencia de cada superficie que toca mis pies.
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Ni querría ahora tener.
No tengo nada en mis bolsillos.
No tengo ni boletas, ni el envoltorio de los chicles, ni horquillas, ni pelusas.
No tengo nada en mi cartera.
No tengo ni mi billetera, ni mis lentes, ni mis llaves, ni mi carné.
No tengo nada en mis cajones.
No tengo ni tarjetas, ni libros, ni remedios, ni cachureos.
No tengo nada en mi escritorio.
No tengo ni documentos, ni libros, ni lápices, ni libretas.
No tengo nada en tu casa.
No tengo ni un peluche, ni una carta, ni una foto, ni un resto de mi olor.
No tengo nada de eso.
No tengo ni querría ahora tener.
No tengo ni boletas, ni el envoltorio de los chicles, ni horquillas, ni pelusas.
No tengo nada en mi cartera.
No tengo ni mi billetera, ni mis lentes, ni mis llaves, ni mi carné.
No tengo nada en mis cajones.
No tengo ni tarjetas, ni libros, ni remedios, ni cachureos.
No tengo nada en mi escritorio.
No tengo ni documentos, ni libros, ni lápices, ni libretas.
No tengo nada en tu casa.
No tengo ni un peluche, ni una carta, ni una foto, ni un resto de mi olor.
No tengo nada de eso.
No tengo ni querría ahora tener.
viernes, 24 de julio de 2009
"Las Novatas" (Inspirado en la pintura "El Baile de las Enanas" de Pedro Luna)

En el devenir de la noche entre miradas de ilusión, se prepararon las dos novatas: Margarita y Leonor. Recién llegadas, no perdían las esperanzas de concretar un acercamiento con los soldados, ya fuera a través de miradas o mediante el contacto con sus firmes y largos brazos. Juntas, se alistaron para sentir la noche con frescura.
El baile fue la excusa perfecta para las que no conocían la perfección, pero se enorgullecían de disfrutar más que muchas otras que siendo virtuosas, no eran capaces de entender el valor de un instante. Es así como las altas y bellas no temieron en mostrar sus cuerpos sin inhibiciones pues, sabían bien como obtener de ello buenas recompensas.
Leonor fue la primera en ser invitada a bailar. Un hombre robusto la tomó bruscamente entre sus brazos, mientras a la muchacha, le parecía cada vez más difícil ajustarse al compás de la banda de músicos, “Los Dorados”. En la segunda canción, dejaron de ser importantes la posición de las extremidades. Leonor estaba enganchada al torso del apuesto hombre que la adulaba constantemente e invitaba a su cuarto. Ella, aunque feliz en su interior por recibir halagos, sentía sus piernas temblar al tiempo que imprimía a su rostro una falsa indiferencia.
Cuando Margarita fue invitada por fin a bailar, se escuchó un grito desde el balcón interior de la casa: “¡Así se hace Margarita!” Era la dueña, que con su copita de menta y un hombre a su lado, le sonreía a la muchacha y la animaba desde el segundo piso.
Las hermanas, sin mucha habilidad en el rubro, se dejaron libres a la noche dispersando su concentración en una y otra cosa. Ellas eran de los viajantes, de ellas mismas, de la música, del baile, de la pobreza, del deseo, del vestido holgado. Eran de todo al mismo tiempo y de nada a la vez. Nadie sabía bien donde terminarían, ni ellas mismas. Con gran esmero, seguían el ritmo de los bulliciosos músicos.
Mientras ambas intentaban coordinarse en medio del alboroto, un joven y tímido marino llamado Alfonso llegó con la intención de entrar honestamente en el corazón de una de las muchachas pero, desafortunadamente se la encontró en las manos de otro hombre. Sin sospechas de que la menor de las enanas pudiera tener éxito entre soldados y marinos, la vio coquetear, hablarle al oído a su pareja de baile y mostrar un poco más allá del velo de su falda rosa. Antes de entrar por las puertas de aquel humeante sitio, Alfonso creyó ser el único en ver más allá del físico evidentemente poco agraciado de Margarita. Éste, sabía que no era capaz de enfrentar a su rival, mucho mayor y rodeado de amigos más grandes y fuertes. Decidió sentarse sin observarlos demasiado, se tomó dos vasos de agua ardiente y, sobre la barra del bar, se desplomó por la pena.
Fuimos testigos de esa noche. Inmortalizadas frente a los ojos del mundo, se presentaron al son de los platillos, tan cercanas a la vida y tan cercanas a la muerte de un instante, de un instante eterno.
domingo, 14 de junio de 2009
El Chavo, los cachitos de las marraquetas, Actuar de vieja kuma, Lewis de "H2O Sirenas del Mar", dormir siesta, el vinagre bien bien ácido, los Beatles, los chocolates, componer con la guitarra, el olor a café antes que el mismo café, Cantinflas, el olor a cigarro en la playa, la risa de la Isi, los perros, los gatos que dependen de mí, el pasto muy verde, hacer la once, flotar sin frío, besar, los cachureos de chica, los calcetines de colores, las manzanas verdes, las tiendas de pintura y pintar, por supuesto.
sábado, 13 de junio de 2009
A y B (Número 7)
A: Juguemos a la navidad?
B: ...
A: Yo me pongo así, y tu me regalai regalos.
B: ...
A: Qué te parece el juego?
B: Injusto
A: Por qué?
B: Porque yo no gano plata.
A: Ah no sé yo...
B: ...
A: Yo me pongo así, y tu me regalai regalos.
B: ...
A: Qué te parece el juego?
B: Injusto
A: Por qué?
B: Porque yo no gano plata.
A: Ah no sé yo...
viernes, 12 de junio de 2009
Bienvenidos al Show
En esos días en que no es fácil fastidiarnos por los ánimos irreverentes de quienes nos caen mal. Ahí, alejada de todo, sin remordimientos de las torpes acciones pasadas y sin mayor cautela por las acciones presentes. En una especie de falta de compromiso omnipotente y veraz, fiel al sentimiento instantáneo y a la lucha por no quedarme dormida un segundo, porque sé que estando despierta he hecho las mejores contribuciones, y aunque no fuera en un ambiente de exigencias a nada ni nadie, me complacía en ese día menos pensado, estar sólo con esa convicción contradictoria, onírica y racional de pensamientos fugaces.
Soy esclava pensé después. Soy esclava y me creo libre.
La mentira superior, el gran hermano que nosotros mismos inventamos... se me llenó la cabeza de terrores absolutistas. No soy hija de esta tierra fértil, y me han estado engañando, y me he dejado engañar, aunque quiera revolcarme en el pasto y pensar que es verde porque una fuerza superior lo ha pensado verde.
Soy Truman... bienvenidos al show.
Soy esclava pensé después. Soy esclava y me creo libre.
La mentira superior, el gran hermano que nosotros mismos inventamos... se me llenó la cabeza de terrores absolutistas. No soy hija de esta tierra fértil, y me han estado engañando, y me he dejado engañar, aunque quiera revolcarme en el pasto y pensar que es verde porque una fuerza superior lo ha pensado verde.
Soy Truman... bienvenidos al show.
jueves, 11 de junio de 2009
miércoles, 10 de junio de 2009
lunes, 8 de junio de 2009
lunes en la mañana y cuatro jinetes que no saben como salir de la puerta en que se enfrentan las lombrices muertas del pedestal blanco en donde nos vi
lunes en la mañana y cuatro jinetes que no saben como salir de la puerta en que se enfrentan las lombrices muertas del pedestal blanco en donde nos vimos por primera vez y las cebollas de la cocina se quemaban a fuego lento dentro de una olla vieja que tenía los bordes quemados por las llamas que pronto quemaron mi casa y la tuya y las del frente cuando vimos a gente salir corriendo de los edificios y sentí pena por la gente inmunda de cerebro corto y patas anchas y poca cordura en mi arrebato de vieja loca desquiciada que siempre demostré sin miramientos y sin palabras feas que digo ahora porque quiero escribir lo primero que hay en mis manos, no en mi cabeza porque no hay nada a veces nada de nada y sólo me dejo llevar por este teclado negro lindo que me regalaron a mi.
domingo, 7 de junio de 2009
Pregunta
A la luz de las doce todo es diferente. Comparable a cuando entramos a youtube y vemos el vídeo de Madonna y luego en otro link, vemos la recreación del vídeo de Madonna, ese que hicieron las colegialas para ganar un concurso de alianzas representando al Octavo B.
A la luz de las doce somos más torpes de palabra, de movimientos y se nos ven los granos en la piel, pero quizás somos mucho más palpables, más reales e ingenuos.
Nunca lo he visto a la luz de las doce. Será que esa imagen misteriosa e inteligente también se ve alterada por la posición del globo en torno al sol?
A la luz de las doce somos más torpes de palabra, de movimientos y se nos ven los granos en la piel, pero quizás somos mucho más palpables, más reales e ingenuos.
Nunca lo he visto a la luz de las doce. Será que esa imagen misteriosa e inteligente también se ve alterada por la posición del globo en torno al sol?
sábado, 6 de junio de 2009
Podríamos...
Podríamos ser fruto de muchas cosas. En el instante en que la unión se produce, de cuál de esas cosas seremos fruto cada uno de nosotros?
Podríamos ser fruto del amor, lo más profundo.
Podríamos ser fruto de la pasión, lo más animal.
Podríamos ser fruto del odio, lo más dañino.
Podríamos ser fruto del abuso, lo más tenaz.
Podríamos ser fruto de la rutina, lo más aburrido.
Podríamos ser fruto de la evasión, lo más fugaz.
Podríamos ser fruto del espíritu santo, lo más falso.
Podríamos podríamos...
Probablemente somos fruto de quien al ver las semillas en tierra fértil, decidió dedicarse con empeño a que creciéramos jugosos y rebosantes de color.
Después de eso, entre todas las cosas que podríamos haber optado, con cuál de ellas nos quedaremos cada uno de nosotros?
Podríamos ser amigos de los amigos, lealtad.
Podríamos querer matarnos entre nosotros, estupidez.
Podríamos admirar el paisaje de la tierra y su gente, agradecimiento.
Podríamos intentar tapar el sufrimiento y la ira, incomprensión.
Podríamos querer ser otro, falacia.
Podríamos intentar ser felices, elección.
Podríamos podríamos...
Podríamos ser fruto del amor, lo más profundo.
Podríamos ser fruto de la pasión, lo más animal.
Podríamos ser fruto del odio, lo más dañino.
Podríamos ser fruto del abuso, lo más tenaz.
Podríamos ser fruto de la rutina, lo más aburrido.
Podríamos ser fruto de la evasión, lo más fugaz.
Podríamos ser fruto del espíritu santo, lo más falso.
Podríamos podríamos...
Probablemente somos fruto de quien al ver las semillas en tierra fértil, decidió dedicarse con empeño a que creciéramos jugosos y rebosantes de color.
Después de eso, entre todas las cosas que podríamos haber optado, con cuál de ellas nos quedaremos cada uno de nosotros?
Podríamos ser amigos de los amigos, lealtad.
Podríamos querer matarnos entre nosotros, estupidez.
Podríamos admirar el paisaje de la tierra y su gente, agradecimiento.
Podríamos intentar tapar el sufrimiento y la ira, incomprensión.
Podríamos querer ser otro, falacia.
Podríamos intentar ser felices, elección.
Podríamos podríamos...
miércoles, 3 de junio de 2009
Diga Diego
"Cuando digo digo no digo digo, digo Diego" fueron tus palabras. Sin embargo, es más fácil que me digas "Diego", creo que así nos entenderemos mejor.
La poesía es una de las manifestaciones del alma y a veces también de la cobardía. Sea claro cuando haya que serlo, diga lo que piensa y deje las metáforas para cuando ya estén hechas sus declaraciones.
En la pintura a veces pasa igual, pero creo que es aún más interpretable que las palabras. El lenguaje hablado y escrito se originaron con una finalidad práctica, luego lo quisimos embellecer para conquistar a otros hombres y a nosotros mismos. La representación visual es más vulnerable a nuestra subjetividad, a asociaciones personales. Es por ello que no intento que A más B se interpreten como C en una pintura, cada cual verá lo que quiera, cuándo quiera y cómo quiera. Lo que siento lo digo o trato de decirlo, y lo que no sé decir, lo pinto.
Te voy a conquistar con los poemas más hermosos , pero antes de eso ya habré dicho las palabras: "Te Amo".
La poesía es una de las manifestaciones del alma y a veces también de la cobardía. Sea claro cuando haya que serlo, diga lo que piensa y deje las metáforas para cuando ya estén hechas sus declaraciones.
En la pintura a veces pasa igual, pero creo que es aún más interpretable que las palabras. El lenguaje hablado y escrito se originaron con una finalidad práctica, luego lo quisimos embellecer para conquistar a otros hombres y a nosotros mismos. La representación visual es más vulnerable a nuestra subjetividad, a asociaciones personales. Es por ello que no intento que A más B se interpreten como C en una pintura, cada cual verá lo que quiera, cuándo quiera y cómo quiera. Lo que siento lo digo o trato de decirlo, y lo que no sé decir, lo pinto.
Te voy a conquistar con los poemas más hermosos , pero antes de eso ya habré dicho las palabras: "Te Amo".
lunes, 1 de junio de 2009
Pachinko
La noche estaba fría como de costumbre y yo buscaba unos bastidores en una tienda a la que había ido una vez. No la encontraba, pero tenía ciertas nociones de la ubicación del edificio, así que entré a uno dejándome guiar por mi intuición. Debía ir rápido, pues David se había quedado al cuidado de las bicicletas. Es difícil describir la sensación que tuve cuando estuve ahí, pero haré un intento.
Imagínense un concierto de música electrónica en que uno de los parlantes falla y se queda pegado en un sonido ni muy grave ni muy agudo, pero tan fuerte que te lleva a no querer despegar las manos de tus oídos. Sobre este sonido permanente, la música propia de las máquinas del casino. Y sí, el Pachinko es algo muy parecido al casino, pero son sólo máquinas. Ni siquiera con una palanquita para darle algo más de emoción. Debes apretar un botón una y otra vez para ver si en una de esas, las figuras de la máquina coinciden y te llevas los yenes japoneses que te correspondan según tu suerte.
Había pasillos y pasillos de máquinas tapadas de neón y caricaturas con mensajes en kanjis de saturados colores. Era un infierno de fantasías, totalmente pesadillesco y enfermizo.
La gente estaba hipnotizada apretando una y otra vez el botón, quizás hasta sin darse cuenta de cuándo ganaban o cuándo seguía todo igual. El humo del cigarrillo armaba una nube sobre sus cabezas mientras yo, que venía desde afuera, podía distinguir ciertas variaciones en las cancioncitas que sonaban por sobre el fortissimo.
Al cruzar la puerta y encontrarme con todo esto, quise arrancar y, subí al segundo piso para ver si daba con el negocio de materiales que andaba buscando. Pero no, el segundo piso estaba plagado de las mismas corridas con máquinas y la bulla aunque difícilmente podía aumentarse, creo que la percibí aún más insoportable. Subí al tercer piso, y otra vez lo mismo.
Noté que los tipos de juegos habían cambiado, las temáticas parecían estar ordenadas según pisos. Es así como te encontrabas con juegos de batallas en el primer piso, luego romances adolescentes, luego caricaturas, etc. Seguí subiendo y todo seguía igual. No podía creer que con la agitada vida de Japón y la saturación de imágenes diarias y de ruido y de gente y de colapso, las personas llegaran a un lugar como ese para finalizar el día. Más que angustia sentí algo de miedo. Miraba sus caras paralizadas frente a las luces y me imaginé en medio de una película de terror.
El edificio terminaba en un octavo piso, y hasta allí tan sólo vi máquinas y zombies.
Nadie hablaba, era imposible. Bajé corriendo y empujando la puerta con fuerza, salí a la calle. David me miró con una expresión que reflejaba una gran duda, no sabía si había encontrado los mejores precios en bastidores y óleos o me había encontrado con un demonio de Akihabara dentro del lugar.
Por primera vez, el gentío, los autos y el bullicio de la calle, fueron sinónimo de libertad.
Imagínense un concierto de música electrónica en que uno de los parlantes falla y se queda pegado en un sonido ni muy grave ni muy agudo, pero tan fuerte que te lleva a no querer despegar las manos de tus oídos. Sobre este sonido permanente, la música propia de las máquinas del casino. Y sí, el Pachinko es algo muy parecido al casino, pero son sólo máquinas. Ni siquiera con una palanquita para darle algo más de emoción. Debes apretar un botón una y otra vez para ver si en una de esas, las figuras de la máquina coinciden y te llevas los yenes japoneses que te correspondan según tu suerte.
Había pasillos y pasillos de máquinas tapadas de neón y caricaturas con mensajes en kanjis de saturados colores. Era un infierno de fantasías, totalmente pesadillesco y enfermizo.
La gente estaba hipnotizada apretando una y otra vez el botón, quizás hasta sin darse cuenta de cuándo ganaban o cuándo seguía todo igual. El humo del cigarrillo armaba una nube sobre sus cabezas mientras yo, que venía desde afuera, podía distinguir ciertas variaciones en las cancioncitas que sonaban por sobre el fortissimo.
Al cruzar la puerta y encontrarme con todo esto, quise arrancar y, subí al segundo piso para ver si daba con el negocio de materiales que andaba buscando. Pero no, el segundo piso estaba plagado de las mismas corridas con máquinas y la bulla aunque difícilmente podía aumentarse, creo que la percibí aún más insoportable. Subí al tercer piso, y otra vez lo mismo.
Noté que los tipos de juegos habían cambiado, las temáticas parecían estar ordenadas según pisos. Es así como te encontrabas con juegos de batallas en el primer piso, luego romances adolescentes, luego caricaturas, etc. Seguí subiendo y todo seguía igual. No podía creer que con la agitada vida de Japón y la saturación de imágenes diarias y de ruido y de gente y de colapso, las personas llegaran a un lugar como ese para finalizar el día. Más que angustia sentí algo de miedo. Miraba sus caras paralizadas frente a las luces y me imaginé en medio de una película de terror.
El edificio terminaba en un octavo piso, y hasta allí tan sólo vi máquinas y zombies.
Nadie hablaba, era imposible. Bajé corriendo y empujando la puerta con fuerza, salí a la calle. David me miró con una expresión que reflejaba una gran duda, no sabía si había encontrado los mejores precios en bastidores y óleos o me había encontrado con un demonio de Akihabara dentro del lugar.
Por primera vez, el gentío, los autos y el bullicio de la calle, fueron sinónimo de libertad.
domingo, 31 de mayo de 2009
sábado, 30 de mayo de 2009
STOP THE TRAIN!
Hay veces que es difícil subirse a un tren.
Recuerdos de la infancia.
Me subí al tren junto a mi madre y uno de mis hermanos. Estaba chica y era dependiente de mis mayores. Una lengua extranjera y cero conocimiento de ella. Además, sabía que ni yo ni mi familia tenía algún interés de aprender ese idioma tan complicado, y sigue sin interesarme, no así el lugar, su gente y la tremenda historia.
El equipaje era excesivo. Nos habían dicho: cuídense de los ladrones y de subir rápido al tren, tan sólo se detiene siete minutos.
Cada uno tenía la responsabilidad de llevar una cantidad de maletas y bultos. Esto iba a depender del tamaño y fuerza de nosotros mismos.
Cracovia estaba a unas tres horas y media de Varsovia en tren.
En la estación se veían algunos Rumanos pobres mendigando plata y comida. El ambiente era tenso y estábamos agotados. Antes de llegar ahí: "pescado o pollo!" me decía una asafata rubia y grande, malhumorada también. El servicio no cubría un viaje placentero, pero comida hasta por los codos.
Escala en más de 6 países y una noche entera en el aeropuerto de Moscú. Estando allí, hubo cambio de "gates" unas tres veces, corriendo sin entender nada, sin fuerza para cargar los equipos de mi padre y las cosas de todos, después de haber visto como unos matones golpeaban a un tipo sin rumbo. Había varios como él, atrapados en ese lugar tremendo y frío.
Estuvimos ahí junto a un par de chilenas la noche previa a nuestro despegue en Moscú. Recuerdo que tenía mucha sed, pero mi madre me prohibió tomar agua del baño, entonces debía esperar la mañana para poder comprar algo en los negocios. Mientras con mi hermano programábamos una radio rusa en mi personal stereo para escuchar alguna canción de ese país, me quedé dormida sobre una maleta.
Al llegar la mañana, canjeamos un tickect de desayuno. Un huevo bañado en aceite y unas cosas que parecían longanisas de no se qué mezcla de animales exóticos. El olor era vomitativo. No probé ni un solo bocado. Ahí fue cuando vimos al hombre. Dos gorilas rubios se lo llevaron y entre un muro y una puerta pudimos ver como lo golpeaban. Pronto abandonamos el comedor. A esas alturas ya no quería ver nada más. Tan sólo llegar a una cama y dormir dos días seguidos. Pero en Varsovia la experiencia no dejó de ser complicada.
Cuando habíamos ideado todo para subir de la manera más efectiva y veloz al tren, se escucharon anuncios por los parlantes indicando nuestro destino. Un choclón de gente se amontonó en las escaleras mecánicas y entendimos que nuestro tren llegaría por el andén del frente. No había forma de llegar ahí sin pasar por las escaleras.
En ese momento recibí las indicaciones de mi padre. Cada uno cogió lo suyo y lo llevó en esa dirección. Mi hermano mayor se quedó al cuidado de los bultos restantes puesto que aún era demasiado para poder tomarlos de una sola vez. Al llegar a la escalera mecánica, nos dimos cuenta que el peso de la gente y sus maletas, había ocasionado que ésta se detuviera, por lo que cada cual cargaba su equipaje caminando. Yo tenía las manos rojas y sentía que mi cuerpo de diez años no podía más. Sin embargo, logramos llegar al tren, subimos por la puerta más cercana, pero tan sólo éramos tres. Aún faltaban mi padre y mi hermano mayor. Mi cuerpo temblaba porque veía que la situación iba de mal en peor.
Al llegar a nuestros asientos, había tan sólo dos puestos libres y debían ser cinco. Sacando el boleto mi madre intentó explicar la situación, pero ni la mujer ni los dos hombres que ocupaban nuestros lugares se movieron. Resignada ya y esperando a mi padre, mi madre me sentó en sus rodillas. Cuando estábamos ubicándonos, el tren partió. Me entró un terror enorme, pensé que no vería a mi padre y hermano nunca más en la vida.
Por las ventanas vi un tremendo alboroto de gente y entre las voces alguien decía: "STOP THE TRAIN!", claramente era el timbre de mi padre, era él, estaba segura. "Quédense aquí y no se muevan por nada, yo ya vengo!" dijo mi mamá casi gritando. Mientras esperábamos nerviosos y sin poder hacer nada, la señora del lado coqueteaba con uno de los tipos. Llevaba una falda muy ajustada y cruzaba las piernas. El único al que le correspodía compartir la cabina con nosotros, nos miró con preocupación, pero no quiso tomar responsabilidades. Me puse a llorar y mi hermano me abrazó sin decir palabra.
Mi madre fue a gritar entre los pasillos con desesperación que su marido estaba abajo: "my husband, my husband!" decía en medio de llantos.
Y abajo ya no era sólo la voz de mi padre, una multitud de gente gritaba y corría tras del tren para que lo pararan. De a poco la velocidad empezó a disminuir, y al cabo de unos minutos lo vi frente a mí, tan alterado que no sabía si reír o llorar. Todavía faltaba mi hermano. En eso, apareció él por el pasillo, cargando dos bultos más grandes que él mismo y casi desmayándose de cansancio. Le había tocado subirse al tren por atrás, teniendo que recorrer sólo cada vagón. Algunos borrachos se le tiraban encima tratando de quitarle las cosas, pero logró llegar al primer vagón para encontrarse con todos nosotros. Fue un alivio indescriptible.
Después de haber parado un tren, para mi padre no fue difícil correr a los roba-asientos, y al fin entre abrazos y suspiros logramos continuar nuestro viaje al lugar de destino. El señor de enfrente me sonrió y me regaló una manzana. En su mirada había algo que me hizo sentir reconfortada, era la cara más amable que había visto en esos tres días de viaje. Disfruté mi manzana y junto a mi familia, me quedé plácidamente dormida.
Recuerdos de la infancia.
Me subí al tren junto a mi madre y uno de mis hermanos. Estaba chica y era dependiente de mis mayores. Una lengua extranjera y cero conocimiento de ella. Además, sabía que ni yo ni mi familia tenía algún interés de aprender ese idioma tan complicado, y sigue sin interesarme, no así el lugar, su gente y la tremenda historia.
El equipaje era excesivo. Nos habían dicho: cuídense de los ladrones y de subir rápido al tren, tan sólo se detiene siete minutos.
Cada uno tenía la responsabilidad de llevar una cantidad de maletas y bultos. Esto iba a depender del tamaño y fuerza de nosotros mismos.
Cracovia estaba a unas tres horas y media de Varsovia en tren.
En la estación se veían algunos Rumanos pobres mendigando plata y comida. El ambiente era tenso y estábamos agotados. Antes de llegar ahí: "pescado o pollo!" me decía una asafata rubia y grande, malhumorada también. El servicio no cubría un viaje placentero, pero comida hasta por los codos.
Escala en más de 6 países y una noche entera en el aeropuerto de Moscú. Estando allí, hubo cambio de "gates" unas tres veces, corriendo sin entender nada, sin fuerza para cargar los equipos de mi padre y las cosas de todos, después de haber visto como unos matones golpeaban a un tipo sin rumbo. Había varios como él, atrapados en ese lugar tremendo y frío.
Estuvimos ahí junto a un par de chilenas la noche previa a nuestro despegue en Moscú. Recuerdo que tenía mucha sed, pero mi madre me prohibió tomar agua del baño, entonces debía esperar la mañana para poder comprar algo en los negocios. Mientras con mi hermano programábamos una radio rusa en mi personal stereo para escuchar alguna canción de ese país, me quedé dormida sobre una maleta.
Al llegar la mañana, canjeamos un tickect de desayuno. Un huevo bañado en aceite y unas cosas que parecían longanisas de no se qué mezcla de animales exóticos. El olor era vomitativo. No probé ni un solo bocado. Ahí fue cuando vimos al hombre. Dos gorilas rubios se lo llevaron y entre un muro y una puerta pudimos ver como lo golpeaban. Pronto abandonamos el comedor. A esas alturas ya no quería ver nada más. Tan sólo llegar a una cama y dormir dos días seguidos. Pero en Varsovia la experiencia no dejó de ser complicada.
Cuando habíamos ideado todo para subir de la manera más efectiva y veloz al tren, se escucharon anuncios por los parlantes indicando nuestro destino. Un choclón de gente se amontonó en las escaleras mecánicas y entendimos que nuestro tren llegaría por el andén del frente. No había forma de llegar ahí sin pasar por las escaleras.
En ese momento recibí las indicaciones de mi padre. Cada uno cogió lo suyo y lo llevó en esa dirección. Mi hermano mayor se quedó al cuidado de los bultos restantes puesto que aún era demasiado para poder tomarlos de una sola vez. Al llegar a la escalera mecánica, nos dimos cuenta que el peso de la gente y sus maletas, había ocasionado que ésta se detuviera, por lo que cada cual cargaba su equipaje caminando. Yo tenía las manos rojas y sentía que mi cuerpo de diez años no podía más. Sin embargo, logramos llegar al tren, subimos por la puerta más cercana, pero tan sólo éramos tres. Aún faltaban mi padre y mi hermano mayor. Mi cuerpo temblaba porque veía que la situación iba de mal en peor.
Al llegar a nuestros asientos, había tan sólo dos puestos libres y debían ser cinco. Sacando el boleto mi madre intentó explicar la situación, pero ni la mujer ni los dos hombres que ocupaban nuestros lugares se movieron. Resignada ya y esperando a mi padre, mi madre me sentó en sus rodillas. Cuando estábamos ubicándonos, el tren partió. Me entró un terror enorme, pensé que no vería a mi padre y hermano nunca más en la vida.
Por las ventanas vi un tremendo alboroto de gente y entre las voces alguien decía: "STOP THE TRAIN!", claramente era el timbre de mi padre, era él, estaba segura. "Quédense aquí y no se muevan por nada, yo ya vengo!" dijo mi mamá casi gritando. Mientras esperábamos nerviosos y sin poder hacer nada, la señora del lado coqueteaba con uno de los tipos. Llevaba una falda muy ajustada y cruzaba las piernas. El único al que le correspodía compartir la cabina con nosotros, nos miró con preocupación, pero no quiso tomar responsabilidades. Me puse a llorar y mi hermano me abrazó sin decir palabra.
Mi madre fue a gritar entre los pasillos con desesperación que su marido estaba abajo: "my husband, my husband!" decía en medio de llantos.
Y abajo ya no era sólo la voz de mi padre, una multitud de gente gritaba y corría tras del tren para que lo pararan. De a poco la velocidad empezó a disminuir, y al cabo de unos minutos lo vi frente a mí, tan alterado que no sabía si reír o llorar. Todavía faltaba mi hermano. En eso, apareció él por el pasillo, cargando dos bultos más grandes que él mismo y casi desmayándose de cansancio. Le había tocado subirse al tren por atrás, teniendo que recorrer sólo cada vagón. Algunos borrachos se le tiraban encima tratando de quitarle las cosas, pero logró llegar al primer vagón para encontrarse con todos nosotros. Fue un alivio indescriptible.
Después de haber parado un tren, para mi padre no fue difícil correr a los roba-asientos, y al fin entre abrazos y suspiros logramos continuar nuestro viaje al lugar de destino. El señor de enfrente me sonrió y me regaló una manzana. En su mirada había algo que me hizo sentir reconfortada, era la cara más amable que había visto en esos tres días de viaje. Disfruté mi manzana y junto a mi familia, me quedé plácidamente dormida.
miércoles, 27 de mayo de 2009
lunes, 25 de mayo de 2009
La obra de la victoria
Muy bien, muy bien. Me voy a parar de esta silla tibia para dirigirme a los presentes. En el fondo del teatro están esos dos pelafustanes que tengo el honor de echar de aquí. Como directora, me doy ciertos gustos sabrosones. Al resto les digo:
Bienvenida sea su presencia aunque no sepa nada de ustedes ni ustedes de mí.
Voy a ir a apagar las luces porque usted señora, me desconcentra con sus aros brillantes y los dulces que abre cada cinco minutos. Y no la estoy echando, pero ha de saber que habitualmente a ustedes las ubico en el centro.
Bien, prosigo. No quiero explicar la obra porque bueno, me demoré harto en hacerla y quiero que escriban en el cuaderno de afuera sus comentarios, si es que creen que haya algo que decir en palabras. Aunque me gusten las palabras, no sirven para todo. La traducción en palabras no será nada al lado de sus caras al sentir. Espero que sientan algo.
Camino hacia afuera y recibo unas flores grandes, no bonitas, pero muy grandes, llenas de cintas de colores, que pareciera que dicen: hip hip hurra!
Todavía nada acaba, pero tengo las flores de la victoria.
Me pregustas, cuál victoria?
Pues ésta! de estar aquí, con olor a flores, mientras el público siente y los pelafustanes lloran.
Bienvenida sea su presencia aunque no sepa nada de ustedes ni ustedes de mí.
Voy a ir a apagar las luces porque usted señora, me desconcentra con sus aros brillantes y los dulces que abre cada cinco minutos. Y no la estoy echando, pero ha de saber que habitualmente a ustedes las ubico en el centro.
Bien, prosigo. No quiero explicar la obra porque bueno, me demoré harto en hacerla y quiero que escriban en el cuaderno de afuera sus comentarios, si es que creen que haya algo que decir en palabras. Aunque me gusten las palabras, no sirven para todo. La traducción en palabras no será nada al lado de sus caras al sentir. Espero que sientan algo.
Camino hacia afuera y recibo unas flores grandes, no bonitas, pero muy grandes, llenas de cintas de colores, que pareciera que dicen: hip hip hurra!
Todavía nada acaba, pero tengo las flores de la victoria.
Me pregustas, cuál victoria?
Pues ésta! de estar aquí, con olor a flores, mientras el público siente y los pelafustanes lloran.
miércoles, 20 de mayo de 2009
Destellos en el cielo
No me había enfrentado a los ruidos de forma más violenta. Una bandada de golondrinas muertas en la entrada de un fundo olvidado y los ojos del viejo mirando fijamente al cielo. Sus cejas despeinadas indicaban la atención y el terror, aunque supo que los destellos entre las nubes no lo llamaban particularmente a él, sino que a todos nosotros, los villanos, los amigos, los tontos, los amantes, los perdidos, los coléricos y a él, a él también.
Me vi en un espejo antes de escapar, quería reconocerme por última vez, saber que ese rostro había sido mío, que mostraba las huellas de una intensa vida y que sólo yo era conocedora de esas memorias inolvidables. Ahora, sin ese rostro, ellas subirían con mi alma.
El caos ya era total. Los animales se alborotaban dando brincos descontrolados, y ya nadie formaba parte de un grupo o pareja, estábamos todos aglomerados, cuerpo a cuerpo, pero desolados completamente. Las familias estaban deshechas y nadie aclamaba por encontrar ese vínculo en un momento tan radical. Hasta los más pequeños supieron entender el llamado. Aquellos que aún no caminaban, simplemente permanecieron quietos en silencio, esperando, mirando hacia arriba.
El viejo me siguió, lo descubrí en mi camino. Aquel hombre que me había guiado en muchos aspectos de mi vida espiritual, ahora parecía ser el único asustado, necesitando un nexo fraterno. Pero yo, al igual que los otros, quería ser llevada por las luces en compañía de mi propio yo, pues sabía que si me dejaba vencer por el miedo y el vínculo humano, perdería el clímax de esa transición e iba a ser aniquilada en cuerpo y alma.
Vi el momento en otros, vi cómo empezaron a elevarse, era maravilloso y traumático a la vez. De esto último debíamos cuidarnos todos, pues cualquier cambio en nuestra condición cerebral, podría llevarnos al hundimiento.
Pero lo estaba logrando, los destellos me empezaron a elevar, mi concentración me lo permitió. Y cuando estaba en camino, decidí dar una miradita hacia mis pies y decirle adiós a la tierra, que me había alojado 23 largos años. Al hacerlo, vi al viejo otra vez y, aunque no le escuchaba veía en sus gestos que me gritaba desesperado con una enorme tristeza. Me desconcentré! y caí al suelo como una maquinaria pesada. La tierra se estremeció y al verme a mí misma en medio del lodo y las plantas, otra vez ahí en la superficie tangible, junto al viejo que me abrazaba, me puse a llorar. Lloré y lloré y lo abracé también, pero le dije que había destrozado mi sueño. El viejo no escuchaba. Pronto me di cuenta de que yo a él tampoco. Al rato perdí el olfato, el gusto y muy dramáticamente, perdí la vista. Aún tenía tacto, y podía sentir el lodo húmedo en mis piernas. Poco a poco la sensación también desapareció, pero me di cuenta de que los recuerdos seguían conmigo, el amor que había sentido durante toda mi vida permanecía allí, y las ideas, los pensamientos, todo. La felicidad me inundó, inundó a mi concepto de cuerpo mío. Aquel que siempre tuve y, aunque ya no estaba para nadie, sí que estaba para mí, más vivo y más feliz que nunca.
Me vi en un espejo antes de escapar, quería reconocerme por última vez, saber que ese rostro había sido mío, que mostraba las huellas de una intensa vida y que sólo yo era conocedora de esas memorias inolvidables. Ahora, sin ese rostro, ellas subirían con mi alma.
El caos ya era total. Los animales se alborotaban dando brincos descontrolados, y ya nadie formaba parte de un grupo o pareja, estábamos todos aglomerados, cuerpo a cuerpo, pero desolados completamente. Las familias estaban deshechas y nadie aclamaba por encontrar ese vínculo en un momento tan radical. Hasta los más pequeños supieron entender el llamado. Aquellos que aún no caminaban, simplemente permanecieron quietos en silencio, esperando, mirando hacia arriba.
El viejo me siguió, lo descubrí en mi camino. Aquel hombre que me había guiado en muchos aspectos de mi vida espiritual, ahora parecía ser el único asustado, necesitando un nexo fraterno. Pero yo, al igual que los otros, quería ser llevada por las luces en compañía de mi propio yo, pues sabía que si me dejaba vencer por el miedo y el vínculo humano, perdería el clímax de esa transición e iba a ser aniquilada en cuerpo y alma.
Vi el momento en otros, vi cómo empezaron a elevarse, era maravilloso y traumático a la vez. De esto último debíamos cuidarnos todos, pues cualquier cambio en nuestra condición cerebral, podría llevarnos al hundimiento.
Pero lo estaba logrando, los destellos me empezaron a elevar, mi concentración me lo permitió. Y cuando estaba en camino, decidí dar una miradita hacia mis pies y decirle adiós a la tierra, que me había alojado 23 largos años. Al hacerlo, vi al viejo otra vez y, aunque no le escuchaba veía en sus gestos que me gritaba desesperado con una enorme tristeza. Me desconcentré! y caí al suelo como una maquinaria pesada. La tierra se estremeció y al verme a mí misma en medio del lodo y las plantas, otra vez ahí en la superficie tangible, junto al viejo que me abrazaba, me puse a llorar. Lloré y lloré y lo abracé también, pero le dije que había destrozado mi sueño. El viejo no escuchaba. Pronto me di cuenta de que yo a él tampoco. Al rato perdí el olfato, el gusto y muy dramáticamente, perdí la vista. Aún tenía tacto, y podía sentir el lodo húmedo en mis piernas. Poco a poco la sensación también desapareció, pero me di cuenta de que los recuerdos seguían conmigo, el amor que había sentido durante toda mi vida permanecía allí, y las ideas, los pensamientos, todo. La felicidad me inundó, inundó a mi concepto de cuerpo mío. Aquel que siempre tuve y, aunque ya no estaba para nadie, sí que estaba para mí, más vivo y más feliz que nunca.
martes, 19 de mayo de 2009
lunes, 18 de mayo de 2009
A y B (Número 6)
A: buenos días, estás sola?
B: ahora no, llegaste tú.
A: lo sé... necesito decirte algo urgente.
B: escucho
A: no hay ni jamón!!!
B: ahora no, llegaste tú.
A: lo sé... necesito decirte algo urgente.
B: escucho
A: no hay ni jamón!!!
sábado, 16 de mayo de 2009
Me pregunto
Me pregunto si seremos capaces de terminar el muro esta tarde. Cuando el sol se ponga y la luz se vuelva anaranjada; y todo parezca un poco poético, nostálgico; y el viento se detenga; los movimientos de nosotros se hagan lentos; y en los ojos del perro se vea la pena. Me pregunto si habremos calculado el cemento, los ladrillos y la fuerza.
Si no ocurre, habremos de recurrir al plan B que nunca fue planeado, pero que sospecho existe, por tu cara y la de ellos.
Me pregunto si seremos capaces de terminar el muro esta tarde, pues en él están todos nuestros sueños, que brillan fuerte y me niego por siempre abandonar, pero el tiempo es uno sólo, y está bien claro que de mí no depende.
Una vez, estando sentada en la orilla de la vereda, fui invadida por cientos de hormigas. Robaron las migajas de pan repartidas en mi vestido de verano, picaron mis pies, enrroncharon mi piel, y no me quité de ahí, las vi actuar en su máximo esplendor.
Me pregunto si seremos capaces de terminar el muro esta tarde. Si es que el sol, el mar y el viento estarán dispuestos a quedarse ahí y dejarnos actuar en nuestro máximo esplendor. Mientras picamos la tierra, bebemos el agua y agotamos la luz.
Si no ocurre, habremos de recurrir al plan B que nunca fue planeado, pero que sospecho existe, por tu cara y la de ellos.
Me pregunto si seremos capaces de terminar el muro esta tarde, pues en él están todos nuestros sueños, que brillan fuerte y me niego por siempre abandonar, pero el tiempo es uno sólo, y está bien claro que de mí no depende.
Una vez, estando sentada en la orilla de la vereda, fui invadida por cientos de hormigas. Robaron las migajas de pan repartidas en mi vestido de verano, picaron mis pies, enrroncharon mi piel, y no me quité de ahí, las vi actuar en su máximo esplendor.
Me pregunto si seremos capaces de terminar el muro esta tarde. Si es que el sol, el mar y el viento estarán dispuestos a quedarse ahí y dejarnos actuar en nuestro máximo esplendor. Mientras picamos la tierra, bebemos el agua y agotamos la luz.
martes, 5 de mayo de 2009
sábado, 2 de mayo de 2009
Diálogo con Nadie.
-Es que no le encuentro razón alguna! Me desesperan esos ojos tuyos de indiferencia. No te va, ni te viene... Y para qué existes por un demonio!
La remecí hasta que al fin la noté agitada, reaccionando a mi llamado sacó mis manos de sus brazos y con desprecio me dejó sola.
Nos vimos por la tarde. Sus ojos seguían tan dormidos como siempre. Era lenta, desgraciada y vacilante en sus actos.
Tercamente insistí: -Sabes por qué has llegado hasta aquí? te interesa siquiera saber si alguien o algo te necesita en este mundo? DESPIERTA!!
-Yo soy Nadie!! respondió a punto de explotar en llanto.
-Nadie... Nadie!! oh por dios! (Nadie, la de incontables diálogos..Y yo le había estado pidiendo a Nadie que buscara su razón de ser.)
-Lo siento, creo que no te basta con ser amiga de Nadie, y lo entiendo, has de sentirte sola conmigo. No te pediré nada, así como siempre lo he hecho.
-No. Yo lo siento, no lo sabía. Estaba pidiendo peras al olmo, pero ya nunca más. Ahora que sé que eres Nadie me siento feliz, nunca había estado con alguien más interesante. Vamos, cuéntame todo acerca de ti!
La remecí hasta que al fin la noté agitada, reaccionando a mi llamado sacó mis manos de sus brazos y con desprecio me dejó sola.
Nos vimos por la tarde. Sus ojos seguían tan dormidos como siempre. Era lenta, desgraciada y vacilante en sus actos.
Tercamente insistí: -Sabes por qué has llegado hasta aquí? te interesa siquiera saber si alguien o algo te necesita en este mundo? DESPIERTA!!
-Yo soy Nadie!! respondió a punto de explotar en llanto.
-Nadie... Nadie!! oh por dios! (Nadie, la de incontables diálogos..Y yo le había estado pidiendo a Nadie que buscara su razón de ser.)
-Lo siento, creo que no te basta con ser amiga de Nadie, y lo entiendo, has de sentirte sola conmigo. No te pediré nada, así como siempre lo he hecho.
-No. Yo lo siento, no lo sabía. Estaba pidiendo peras al olmo, pero ya nunca más. Ahora que sé que eres Nadie me siento feliz, nunca había estado con alguien más interesante. Vamos, cuéntame todo acerca de ti!
miércoles, 29 de abril de 2009
El incendio
Y salieron todos arrancando por la puerta trasera, pero yo me quedé ahí para sentir el movimiento de la tierra y ver las lámparas y los platos desplomarse en el suelo. Sentí miedo, pero no el suficiente como para reaccionar. La ventana a mis espaldas, la mirada de espanto de todos en el jardín intentando decirme con gestos que escapara, que huyera porque venía un incendio feroz.
Poco a poco el calor subió a mi cabeza. Comencé a temblar pero sabía que ya era el fin. Mi capacidad para asumir la muerte era bastante efectiva, y aún estando viva, sentí que mis ojos se tapaban de un blanco resplandeciente como el de las imágenes bíblicas en escenas de Jesús. No sabía si llegaría al cielo, pero si pensé que me estaba elevando al más allá.
Algo quiso que no continuara por ese camino, y sin saber de mi por un tiempo indefinido, me vi rodeada de cabezas que me miraban con preocupación. La brisa corría suave y el día agotaba su luz.
Estaba viva.
Poco a poco el calor subió a mi cabeza. Comencé a temblar pero sabía que ya era el fin. Mi capacidad para asumir la muerte era bastante efectiva, y aún estando viva, sentí que mis ojos se tapaban de un blanco resplandeciente como el de las imágenes bíblicas en escenas de Jesús. No sabía si llegaría al cielo, pero si pensé que me estaba elevando al más allá.
Algo quiso que no continuara por ese camino, y sin saber de mi por un tiempo indefinido, me vi rodeada de cabezas que me miraban con preocupación. La brisa corría suave y el día agotaba su luz.
Estaba viva.
martes, 21 de abril de 2009
Así es como es
Y así es como es. No me lamento en absoluto! Me alegro del nuevo destino, pues más que ver el vaso medio lleno, fue darse cuenta de que más vale no ser apresurado tomando decisiones cuando la avalancha del sistema te pone un motor automático en los pies.
Entonces, así es como es. Una calle no muy larga, las casas que fueron algún día iguales, ahora están pintadas de diversos colores, incluyendo los horrendos. Y otras, con ampliaciones que varían entre lo monono, lo justo y lo feo.
A unas cuantas casas de esto: mi escuela, dos amigos, el perro y sus pelos, el japonés. Intento no agobiarme por la falta de presión en un momento en que debo estarlo, y lo logro, pero me preocupa.
Al volver me di cuenta de algunos cambios interesantes. Como los de Democron, que es todo un señor ya en muchos sentidos. Siempre de traje con sus nuevas preocupaciones de adulto. Mientras yo intento ponerme horarios, él ya no da más con los suyos... igual sé que todo esto lo pone muy contento.
Pero dentro de todo, el hogar sigue siendo un territorio muy conectado a mi esencia y creo que los cambios se notan más en otros espacios, aquellos que no he tocado muy directamente o que tocaba sin percatarme.
Cómo era antes de conocer esa otra realidad en estas situaciones? Me lo pregunto bien a menudo, y sí que hay diferencias, pero no sé... quizás sigo muy encima de la montaña para que mis ojos puedan ver con claridad.
Entonces, así es como es. Una calle no muy larga, las casas que fueron algún día iguales, ahora están pintadas de diversos colores, incluyendo los horrendos. Y otras, con ampliaciones que varían entre lo monono, lo justo y lo feo.
A unas cuantas casas de esto: mi escuela, dos amigos, el perro y sus pelos, el japonés. Intento no agobiarme por la falta de presión en un momento en que debo estarlo, y lo logro, pero me preocupa.
Al volver me di cuenta de algunos cambios interesantes. Como los de Democron, que es todo un señor ya en muchos sentidos. Siempre de traje con sus nuevas preocupaciones de adulto. Mientras yo intento ponerme horarios, él ya no da más con los suyos... igual sé que todo esto lo pone muy contento.
Pero dentro de todo, el hogar sigue siendo un territorio muy conectado a mi esencia y creo que los cambios se notan más en otros espacios, aquellos que no he tocado muy directamente o que tocaba sin percatarme.
Cómo era antes de conocer esa otra realidad en estas situaciones? Me lo pregunto bien a menudo, y sí que hay diferencias, pero no sé... quizás sigo muy encima de la montaña para que mis ojos puedan ver con claridad.
domingo, 15 de febrero de 2009
jueves, 5 de febrero de 2009
lunes, 2 de febrero de 2009
En japonés?!
Abrí las puertas de la sala. Sudé. La profesora me miró con una sonrisa. No se la respondí del todo, aún estaba agotada por la caminata. 163 pensamientos concretos en el camino de 26 minutos. Sólo recuerdo dos.
Uno, cuando estabas aquí y todo parecía algo distinto. En aquel tiempo los dolores abdominales eran frecuentes en mí y no había nieve. El viento soplaba con más intensidad.
Dos, el paisaje es hermoso en invierno, pero me iba lamentando de no poder mirar hacia el frente. Si te descuidas, caes. Debo confesar que eso ya me ha pasado cuatro veces. El hielo es peligroso para un peatón distraído como yo.
Dentro de la sala, varios otros pensamientos aislados que no guardan relación con las materias de la clase. Y como se supone que eso no debe ocurrir en un alumno responsable, he respondido algo tan equivocado que se ha desatado la carcajada de toda la clase. Me avergoncé y reí para disimular. La profesora rió y me preguntó algo en japonés.
En japonés?! pensé. Sí, era japonés. Qué extraño pensé, estará loca. Le respondí en español por supuesto. Y le dije que no entendía nada, que por favor hablara claro. Decidió seguir con la clase con una expresión algo enojada, y yo decidí seguir con mis pensamientos.
De vuelta a casa miré los árboles y el paisaje otra vez. Ahora me fijé en la gente. Eran como raros. Ojos alargados, caras redondas y cabezas grandes, piernas descubiertas al frío. Se reían de sonidos raros que ellos mismos pronunciaban! Debía estar soñando, sí claro, despertaría y todo sería normal otra vez, pensé.
Han pasado los días, los meses, ya casi un año y no despierto, pero hay que reconocerlo, es uno de los mejores sueños que he tenido.
Uno, cuando estabas aquí y todo parecía algo distinto. En aquel tiempo los dolores abdominales eran frecuentes en mí y no había nieve. El viento soplaba con más intensidad.
Dos, el paisaje es hermoso en invierno, pero me iba lamentando de no poder mirar hacia el frente. Si te descuidas, caes. Debo confesar que eso ya me ha pasado cuatro veces. El hielo es peligroso para un peatón distraído como yo.
Dentro de la sala, varios otros pensamientos aislados que no guardan relación con las materias de la clase. Y como se supone que eso no debe ocurrir en un alumno responsable, he respondido algo tan equivocado que se ha desatado la carcajada de toda la clase. Me avergoncé y reí para disimular. La profesora rió y me preguntó algo en japonés.
En japonés?! pensé. Sí, era japonés. Qué extraño pensé, estará loca. Le respondí en español por supuesto. Y le dije que no entendía nada, que por favor hablara claro. Decidió seguir con la clase con una expresión algo enojada, y yo decidí seguir con mis pensamientos.
De vuelta a casa miré los árboles y el paisaje otra vez. Ahora me fijé en la gente. Eran como raros. Ojos alargados, caras redondas y cabezas grandes, piernas descubiertas al frío. Se reían de sonidos raros que ellos mismos pronunciaban! Debía estar soñando, sí claro, despertaría y todo sería normal otra vez, pensé.
Han pasado los días, los meses, ya casi un año y no despierto, pero hay que reconocerlo, es uno de los mejores sueños que he tenido.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)



