Diálogo entre A y B (Número 9)

A: Hola, hace taaanto que no nos veíamos!
B: Hola
A: Cómo has estado?
B: Bien.
A: ah, que bueno..
B: Sí. Oye me voy.
A: ah dale, cuídate, que estés bien.
B:

Cómo ser feliz en 5 minutos

Abra su bolso o cartera, saque tres monedas de cien, vaya al quiosco más cercano y pida un alfajor (idealmente argentino).
Vuelva a su casa, y cómalo sentado en el sillón más cómodo de su hogar.

Poron pon pon

Un cumplido se ha cumplido. Gracias amoroso, te llevo en mi corazón poron pon pon.
Me alimento de hierbas blancas y chocolate.
Sé que pronto va a salir la luna, que siempre estuvo ahí.
Cobraré tu palabra, y no sé si eres el más indicado, pero te acercas lo suficiente.
Bienvenido a mi hogar. Estoy dispuesta a buscarte yo ahora, y darte una rosa azul, y hacerte un lindo regalo en tu cumpleaños.
Me temo que estoy al borde de dedicarte una canción, poron pon pon.

El deber ser.
Deber ser
Ser.
Eres?
Debes ser?
Debes ser él?

Le pido disculpas al difunto

Llegué con cierto temor, pero con mis emociones en su lugar.
Al verlos con las caras rojas por el llanto no pude contenerme.
Me sentía extraña... los pocos momentos que había pasado con aquel anciano, habían sido para él, puros problemas y disgustos.
No estoy acostumbrada a estar en conflicto con los demás. Creo que mucho antes quise pedirle perdón, pero no tuve el valor suficiente.
Hoy se ha ido, dejando a toda una familia muy apenada.
Para mí también fue una prueba, y quiero demostrarle que nunca actué de mala fe. Me defendí en un momento de debilidad. Le pido disculpas al difunto, aunque quizás sea demasiado tarde.
No creo en la muerte absoluta, y espero que allí donde esté, él pueda perdonarme.

El viejo le dijo al niño: Todo lo que entregas queda para tí. Lo que guardes en tu pecho, se perderá en tus venas...

Guardar en silencio las cinco llaves de mis entrañas.
Jamás diré que te quiero ahora, porque tú bordaste mi boca con una cruz.
Como un ladrillo de hielo me verás caer por tu pecho suave.
Como una uva negra me verás fermentando en tu estómago.
Ya no soy quien fui, y aunque me cueste mentir, ya no me cuesta omitir que te desprecio por no entenderme. Por hacerlo todo al revés de lo que te he pedido.
Ya me cansé de este lamento, me voy sin huellas en la arena.
Me voy lento... pero seguro.

Todo se aproxima! Camina conmigo que no puedo esperarte, el de arriba va jalando mi correa.

COSAS

Leyendo mis cosas me di cuenta de que la palabra cosas está en todas aquellas cosas que me importan.
Es así como en vez de retirarla de mis cosas, te muestro hoy que estas cosas seguirán apareciendo de aquí hasta mi muerte.
La vida me dio cosas que yo quiero recordar para siempre. Los encantos de lo escondido, de lo velado... estarán aquí guardados en un baúl de madera antigua, sin candado, para que pueda mostrártelos cuando tengamos ganas.
Hay una cosa que aún no puedo entregarte, y que es quizás lo más importante. Quedará esta vez sellado en una caja fuerte, muy embalado, entre mis otras cosas.

La vida de un jaquecoso

El jaquecoso es una persona natural o jurídica con residencia en el país o en el extranjero que sufre de intensos dolores en el área de la cien o sobre las cejas, una cantidad superior a dos veces al mes, llegando en ocasiones a tener episodios de vómito, náuseas y mareo intenso o incluso a desmallarse.
El jaquecoso o jaquecosa, es una persona que vive intensamente el dolor físico y por lo mismo es muy agradecido de cuando está sano y puede disfrutar libremente.
En los días críticos se caracteriza por adquirir una hiper sensibilidad. Sus órganos auditivos, nasales, del gusto y la vista, se agudizan a un doscientos por ciento. La luz, el sonido, el olor, todo parece molestarle...
El jaquecoso es un buen ser humano, no lo discrimine por a veces tener la cara media rara, y no reírse de las bromas. Trate de distinguirlo, RECUERDE: No es un simple dolor de cabeza, esto en verdad lo altera. Cuídelo, entiéndalo, quiéralo como siempre.

Basta de protecciones.
Si voy a tirarme al agua lo haré desnuda, sin importar la temperatura y las pirañas que puedan morder mi piel.

Hay cosas para las que soy muy valiente;
No tengo miedo de querer ni de ser querida.
No tengo miedo de la belleza ni de la fealdad.
No tengo miedo de los hombres ni de las mujeres.
No tengo miedo a estar despierta mientras todos duermen, mientras tu duermes en mi hombro.
No tengo miedo de nada que me pueda hacer muy feliz, y tampoco tengo miedo de sufrir.
Sólo tengo miedo de la muerte cuando pienso que jamás he tenido miedo de vivir.

Dos cosas que no tienen nada que ver con lo primero y lo segundo, son lo tercero y lo cuarto. Si meto mis manos en lo tercero y revuelvo lo primero con lo cuarto, habremos perdido la cabeza, sin embargo, si intentamos llegar a la solución mediante un cúmulo de lo segundo con lo tercero, evitando entorpecer lo cuarto, habremos llegado a una respuesta sublime.