Sentada al principio de la segunda fila de flautas, en la banda intermedia. Mi cuerpo daba al público.
Al lado mío, la Paulina, relajada como siempre.
Yo en cambio estaba nerviosa, me sudaban las manos. No era la flauta, era esa voz.
La voz irritaba mi sistema, me hablaba de la gente, de mí con una flauta en relación al mundo, a todos aquellos que esperaban oír bellas melodías. En mi interior había tormento.
Yo quería mi flauta porque había mucha trayectoria acumulada en ella. Tres grandes flautistas habían practicado cientos de melodías con esas mismas teclitas oxidadas ya.
No aguanté la presión, sentí un mareo... pero no me desplomaba por completo, lo que hacía de la agonía un momento interminable.
Mi compañera me daba codazos para que continuara, pero yo era completamente vulnerable. Recuerdo mirar mis piernas, que aunque son fuertes, las sentía como de alambre.. o más bien de jalea.
Cuando todo acabó, mi alivio no pudo ser mayor, aunque no quería aplausos, había tocado todo mal, pues mi concentración se había enfocado en cientos de cosas más que la pieza que me sabía al revés y al derecho.
"Espera el próximo concierto y ahí estaré", me lo dijo esa voz. Mis manos sudaron otra vez.
miércoles, 28 de octubre de 2009
domingo, 25 de octubre de 2009
sábado, 17 de octubre de 2009
Hoy iré de vuelta
Mirar con los ojos muy abiertos y no ver más que una pelusa en el ojo.
Lavar platos en la cocina cuando todos conversan sobre lo que tú hiciste, lo que tú dijiste, lo que tú pensaste y que desde tiempos remotos quisiste comentar, pero estás lavando los platos en la cocina.
Correr un día domingo con desesperación, sudar, sentir el estómago apretado. En el patio tus amigos comen un asado y se ríen, es domingo.
No quiero perder nada, pero suelo dejar mis cosas desparramadas en una plaza, rodeada de gente que las quiere, y que es hábil para salir huyendo.
Soy alguien que quiero mucho, pero no siempre estoy conforme conmigo. Faltan años de crecimiento, años de aprender a ser mejor, años para que nos reconciliemos tu y yo.
Salgo por las mañanas sin claridad de lo que quiero en muchos aspectos, pero hay un latido interno que lo sabe por mí. Por eso puedo respirar profundo y hacer deporte con tranquilidad y amar a mis amigos y a mis cuatro escudos negros.
Hoy iré de vuelta, en un bus, como tantas veces lo he hecho. Aún no reconozco el camino.
Lavar platos en la cocina cuando todos conversan sobre lo que tú hiciste, lo que tú dijiste, lo que tú pensaste y que desde tiempos remotos quisiste comentar, pero estás lavando los platos en la cocina.
Correr un día domingo con desesperación, sudar, sentir el estómago apretado. En el patio tus amigos comen un asado y se ríen, es domingo.
No quiero perder nada, pero suelo dejar mis cosas desparramadas en una plaza, rodeada de gente que las quiere, y que es hábil para salir huyendo.
Soy alguien que quiero mucho, pero no siempre estoy conforme conmigo. Faltan años de crecimiento, años de aprender a ser mejor, años para que nos reconciliemos tu y yo.
Salgo por las mañanas sin claridad de lo que quiero en muchos aspectos, pero hay un latido interno que lo sabe por mí. Por eso puedo respirar profundo y hacer deporte con tranquilidad y amar a mis amigos y a mis cuatro escudos negros.
Hoy iré de vuelta, en un bus, como tantas veces lo he hecho. Aún no reconozco el camino.
miércoles, 14 de octubre de 2009
Ventajas de ser hombre o mujer
Una gran ventaja de ser hombre es poder dedicar canciones de los Beatles a una mujer.
Una gran ventaja de ser mujer es que un hombre te pueda dedicar canciones de los Beatles (exceptuando las del tipo "Money" o "Why don´t we do it in the road").
Una gran ventaja de ser mujer es que un hombre te pueda dedicar canciones de los Beatles (exceptuando las del tipo "Money" o "Why don´t we do it in the road").
lunes, 12 de octubre de 2009
sábado, 10 de octubre de 2009
Seducida
Dejarse seducir y vivir por instantes del deseo y la pasión.
Imágenes que se recuerdan y se viven una y otra vez en la memoria.
El deseo, más allá que el mismo placer, suele ser más anhelado.
Desear y concretar tan sólo una pequeña parte.
Dejar el resto a la imaginación y fundirse en las fantasías.
Imágenes que se recuerdan y se viven una y otra vez en la memoria.
El deseo, más allá que el mismo placer, suele ser más anhelado.
Desear y concretar tan sólo una pequeña parte.
Dejar el resto a la imaginación y fundirse en las fantasías.
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